Y llegó agosto y nos marchamos a Lasierra.
Laura Arís es una gran amiga, es bailarina, ha estado trabajando con Wim Vandekeybus en Última Vez durante nueve años, y desde hace un par dejó la compañía y empezó su aventura en solitario. Junto con Jorge Jáuregui han creado la plataforma Ember, han realizado varios proyectos (emberprojects.blogspot.com), y el último era un espectáculo de danza llamado "Impostura" al que me invitaron para crear la banda sonora.
Hacía unos meses que me había llegado la propuesta y entre todos habíamos contemplado la posibilidad de incluirme también en el espectáculo como intérprete.
Así que el plan era compartir juntos toda la creación de la pieza, y en lugar de trabajar cada uno por su lado, irnos a realizar las residencias todos juntos y pasar un par de meses intensivos montando la pieza.
Cómo necesitaba un técnico conmigo, de nuevo invité a ander, que está resultando mi compinche a tiempo completo ultimamente y nos fuimos los 4 hacia Euskadi, donde haríamos la primera residencia, en el centro coreográfico "Azala" en el pueblo de Lasierra (azala.es).
No puedo definir como querría esta experiéncia, es demasiado densa y llena de matices cómo para trasladarlo al completo, pero sí, contaré que fue algo completamente nuevo para mi. Increíblemente mágico, difícil, precioso, tedioso, creativo, aterrador...etc...
El día a día era mas o menos lo mismo en cuanto a estructura, levantarse /desayuno y footing / creación / comida / creación / cena / charla con los grillos y los perros de fondo / dormir.
En creación, alternaba sesiones de composición, búsqueda de áudios, pasajes sonoros, grabaciones por el campo, escritura de textos y letras, experimentación con samplers y pedales de efectos, búsqueda de melodías, etc... y mucho de improvisaciones escénicas, junto a Laura, que era la intérprete principal y otras sola.
Este capítulo era el que tenía más lío para mi, pues yo llegué con la idea de que aportaría la banda sonora y como mucho la interpretaría en escena, y Jorge empezó a querer incluirme en la pieza cómo una intérprete mas a nivel "actriz" (?) por llamarlo de alguna manera...De entrada me apetecía mucho, pero a la vez me sentía muy perdida por falta de costumbre, herramientas...
Es verdad que fue muy duro por un lado, pero por otro, es algo de lo ahora tengo muy buen recuerdo, y estoy muy contenta de que él apretara con ello, me ayudara, y sobretodo confiara en mis posibilidades, pues hubo que tener mucha paciencia y darme tiempo para encontrar el "que", y aunque el proceso fue difícil y no se veían los resultados a primeras, al final, con la pieza montada , creo que hicimos un muy buen trabajo.
También fué muy bonito conocer a Iñaki Azpillaga y Idoia Zabaleta, que se ocuparon de la asistencia al movimiento, y aportaron muchísimo.
Y en cuanto a la música...pues otra experiencia nueva y llena de matices también, es muy difícil crear música para algo que aún no se ha creado, era un poco paranoia el hecho de trabajar todos a la vez...Normalmente te piden musicar algo visual, y tu entras a ello cuando el "algo" ya está hecho, sea cine, danza o video...pero aquí llegamos el primer día y todos estábamos a cero.
Recuerdo que la primera noche ander me preguntó que necesitaba de él y cual sería su papel, hasta donde quería que aportara,,etc,,, y yo me quedé en blanco, no supe que responder , porque en ese momento no se sabía nada de nada, el futuro era un gran vacio para empezar a dibujar, y eso es animoso, pero también un poco loco. Al final, el trabajo nos pedía mucho y mas de todo, y ander no sólo ejerció de técnico sino que creó la música conmigo al 50% o más, fué un respaldo total, porque para mi era demasiado lío ocuparme de toda la composición, producción, creación, textos y que se yó, y después casi a diario bajarme al estudio con Jorge y Laura y ir creando y enfocando el material escénico que nos pedía Jorge…hubo momentos que me volví un poco loca (aunque lo intentaba disimular y llevar con mucha parsimonia...).
También quería contar que Azala es un lugar increíble, y eso ayudó mucho a que estuviéramos acogidos y en confort. La naturaleza de este lugar es increíble, es un paisaje lleno de silencio, pero lleno de sonido y vivimos como reyes en sus paredes de madera.
Además comíamos santísimo, cocinábamos mucho e incluso me atreví a hacer mermeladas con la fruta que se ponía pocha. Había huerto y frutales y aprovechábamos bastante el tema. Nos hicimos muy vineteros, y catamos y encontramos ricos vinos riojanos, baratos y exquisitos.
Los últimos días vino a vernos Noemí Elias, mi buena amiga y fotógrafa y paso unos 5 días disfrutando del lugar y sacando fotos a tuti plein. Fué genial porque tenemos imágenes en el recuerdo y también en digital...jeje. Ya mismo pongo una selección de fotos de las que sacó.
Bueno, aunque sea una crónica bastante larga, me quedo corta, lo juro.
Así pasamos agosto y mitad de septiembre y no nos volvimos a juntar hasta noviembre los cuatro, cuando empezó la segunda residencia de "Impostura" en el Museo de Arte de Vitoria ARTIUM, pero eso es otra historia…
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